miércoles, 6 de abril de 2016

La Alhambra | Patio del Mexuar: Fachada del Palacio de Comares y Cuarto dorado




PATIO DEL MEXUAR: 
FACHADA DEL PALACIO DE COMARES Y CUARTO DORADO
VV.AA. XIII-XV. La Alhambra de Granada




Éste patio está situado a la salida del Mexuar y tiene una clara función separadora y de acceso al Palacio de Comares. Una pequeña taza de mármol domina todo el espacio. A ambos lados dos bellos costados resaltan sobre el resto del patio sin apenas decoración. Al norte, el Pórtico del Cuarto Dorado; al sur, la fachada del Palacio de Comares.

CUARTO DORADO

El cuarto dorado servía como sala de espera en las audiencias con el sultán. Está precedido por un pórtico de tres arcos peraltados de medio punto y columnas de mármol que embellece el patio. Debe su nombre al techo decorado con pan de oro en época de los Reyes Católicos. Los cristianos hicieron otras reformas en la estancia como el gran ventanal, partido por una ventana gótica, a modo de mirador. Y como en muchos otros lugares de la Alhambra, vuelven a combinarse aquí los elementos decorativos musulmanes con los emblemas y símbolos cristianos.




FACHADA DEL PALACIO DE COMARES

La fachada del Palacio de Comares es uno de los elementos arquitectónicos y decorativos más importantes de la Alhambra. Fue mandada construir por Mohammed V para conmemorar la toma de Algeciras en 1369 y delimitaba el paso a un ámbito ya más privado de las estancias palaciegas.

La historia describe al sultán en lo alto de la escalinata, justo en el centro de la imponente fachada. Desde aquí, sentado en su trono, escuchaba a sus súbditos, impartía justicia y recibía a embajadores extranjeros.

La fachada presenta una decoración extraordinaria: trazos geométricos, formas vegetales y paños epigráficos que aluden a las dos puertas que contiene y a aquello que éstas esconden. La de la izquierda, tras recorrer un pasillo en recodo vigilado por guardianes, nos conducía al gran patio del palacio. La de la derecha a estancias posiblemente destinadas al servicio.

Un vistoso alero de madera de cedro corona la fachada. Bajo él, ventanas cerradas con celosías de madera hacen pensar que el otro lado el espacio ya no es público, tan solo habitado por el sultán y su familia, donde los ojos ajenos ya no pueden mirar.

Ésta fachada además de ser uno de los más bellos elementos de la Alhambra, esconde una verdadera lección a la hora de emplear la proporción áurea, el número con el que se ha creado la belleza en el arte y la naturaleza desde el principio de los tiempos.




                         



BIBLIOGRAFÍA

-  Alhambra, La, Ed. Miguel Sánchez
-  Nuevo Arterama Historia del Arte, Vicens Vives, 2005
-  Historia del Arte, Angulo Ibáñez, 1971
-  Cuentos de LA Alhambra, Washington Irving, 1832, Ed. Miguel Sánchez







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