VÉRTIGO / DE ENTRE LOS MUERTOS
(Vertigo) Alfred Hitchcock / Paramount Pictures / 1957
En un filme como Vértigo, plagado
de hallazgos formales y poéticos, no es fácil escoger un momento más
significativo que otro. Sin embargo, hay
una secuencia notable precisamente porque está llena de significados y de
simbolismo: es la del sueño de Scottie, la pesadilla o desvarío que surge durante
el reposo. Todo gira alrededor del ramo de flores y de Carlotta Valdés, cuya
tumba Scottie contempla vacía, como si la pretendida reencarnación de Madeleine
fuera corpórea más que anímica.
El sueño está resuelto desde la
decisión de Hitchcock de no apelar a una deformación de lo real, sino de crear
un nuevo mundo de visiones extrañas y particulares, Técnicamente lo resuelve
con unas variaciones cromáticas propias del arte pictórico, el recurso a caídas
en el vacío (la obsesión de Scottie) y el vértigo subyacente, es decir, la
patología que da título a la película.
En mitad del sueño, a partir de
un muy elaborado ramillete de flores (que tiene su importancia en el argumento),
Hitchcock y Saul Bass descomponen imágenes mediante la técnica de animación,
para dar la idea de la fragmentación y destrucción de lo bello. No obstante la
tensión narrativa y lo convincente y aterrador de la pesadilla, es un momento
de una belleza incomparable. Solo Luis Buñuel y Alfred Hitchcock (admirador del
genial aragonés) han sabido relatar sueños con tal poder de convicción y
sugestión.
Jordi Picatoste
(Hitchcock Golden Edition, RBA Coleccionables, 2008)
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