ESPECIAL HALLOWEEN
LOS CASTILLOS DE DRÁCULA
Castillos de cuento, fortalezas medievales y ruinas románticas son algunos
de los escenarios de una ruta de película que mezcla lo real y lo fantástico. Un viaje por
la Europa más misteriosa tras los pasos reales y míticos de Vlad Drácula.
Después de la caída de
Constantinopla en 1453 el Imperio Otomano atravesó los Balcanes dispuesto a
acabar con la Europa Cristiana del siglo XV pero en su asalto se topó con el
muro infranqueable del reino de Valaquia y la resistencia feroz de su monarca,
el príncipe Vlad Draculea, el hijo del dragón, que impidió la expansión turca
resistiendo casi 50 años en la última frontera de la cristiandad en Occidente.
Vlad III de Valaquia gobernó con
mano de hierro la región de Transilvania y su reinado ha pasado a la historia
por los crueles métodos de tortura que aplicó a sus enemigos. Este monarca fue
conocido en su tiempo por los bosques de empalados que dejaba tras su paso y
que le valieron el sobrenombre de Vlad ‘Tepes’, el empalador. Tales atrocidades
lo convirtieron en un soberano sanguinario y un completo demonio para sus
enemigos pero también un héroe para sus compatriotas.
Siglos después, el escritor
irlandés Bram Stoker tomará la figura histórica del voivoda y la convertirá en
el vampiro más famoso de la literatura en su novela de terror ‘Drácula’ de
1897. Desde entonces el interés por este personaje no ha hecho más que crecer y
la asociación con los no muertos ha continuado en películas, sagas literarias,
series de televisión y hasta composiciones musicales que han renovado el mito
del vampiro hasta convertirlo en uno de los iconos del terror universal.
Al contrario que los bebedores de
sangre, lo que no son un mito son los escenarios, castillos y fortalezas medievales
que inspiraron a los escritores y cineastas a crear todas estas historias. Una
serie de antiguas construcciones que se han convertido en las protagonistas de
un curioso itinerario conocido como la ruta de Drácula y que desde la
cordillera de los Cárpatos hasta Inglaterra recorren cada año miles de turistas
atraídos por la leyenda del vampiro.
1. Castillo de Bran. XV. Brasov. Transilvania. Rumanía
Cuando Bram Stoker se documentó
para escribir su famosa novela ‘Drácula’ en 1897 encontró en la figura de Vlad
Tepes el referente histórico ideal para su relato de terror y en el Castillo de
Bran, en la vieja e inhóspita Transilvania, el escenario perfecto donde alojar
al vampiro por excelencia del cine y la literaura. Desde entonces es
oficialmente reconocido como el castillo de Drácula pero la realidad sobre esta
construcción es muy distinta y la aleja por completo del mito vampírico.
Situado sobre una roca a 60
metros de altura, el Castillo de Bran se alza sobre el pequeño pueblo que le da
nombre, a unos 50 kilómetros de Brasov, en la región de Transilvania, Rumanía. Está
situado en la garganta de Bran-Rucar, la antigua ruta comercial y estratégica entre
Transilvania y Valaquia. Pese a no destacar por su relevancia histórica o su
destreza arquitectónica, el Castillo de Bran es el segundo edificio más
visitado de Rumanía con más de medio millón de visitas anuales.
Las primeras referencias lo
describen como un antiguo puesto defensivo construido por los caballeros
teutónicos en el siglo XIII y reconstruido por Mircea el Viejo, abuelo de Vlad Tepes, tras derrotar a los turcos en el siglo XIV. En
plena expansión de la arquitectura gótica, este monarca lo convirtió en una fortaleza residencial con
estancias, patio de armas, foso, mazmorras, torres de vigilancia y hasta
pasadizos subterráneos. Tales reformas la convirtieron en la fortaleza más
segura de la frontera entre Transilvania y Valaquia pero ningún dato certifica
la presencia de su nieto Vlad III en ningún momento.
Su altísima torre almenada apenas
presenta ventanas y arranca del mismo borde de la peña, de forma que todo
intento de ataque estaba condenado al fracaso. La vocación defensiva se repite
en el sugerente e inspirador patio interior, cuya fuente esconde un laberinto
de pasajes subterráneos.
Su aspecto actual nada tiene que
ver con el que presentara en el siglo XV y es el resultado de diferentes
reformas y ampliaciones llevadas a cabo a partir de los siglos XIX y XX, momento
en que fue reconvertida en residencia de verano de la monarquía rumana.
Para compensar la austeridad del
edificio, los lujosos salones, decorados con muebles importados de Europa
occidental por la reina María, se comunican por estrechas escaleras de caracol,
como las que uno imagina que debe tener un castillo de época.
Su fama internacional comienza a finales
del XIX cuando el novelista irlandés Bram Stoker atraído por los relatos de
fantasmas y leyendas centroeuropeas, historias que encandilaban las veladas
nocturnas de los círculos literarios del Londres victoriano, publicaba la
novela romántica más leída de la historia: Drácula. El relato situaba la morada
del vampiro en este enclave y su popularidad se extendió a todo el mundo tras
ser llevada al cine por Tod Browing en 1931.
En la actualidad el Castillo de
Bran se ha convertido en la segunda
atracción más visitada de Rumanía y un destino obligatorio para amantes de la
literatura romántica y el fenómeno vampírico que genera anualmente más de medio
millón de visitas.
Como dato curioso, el castillo se
puso a la venta tras ser adquirido por dependencias privadas y es la segunda
vivienda más cara del mundo con un valor de 140 millones de euros.
Pero siendo fieles a la historia
real del personaje, si de verdad queremos seguir las huellas de Vlad Tepes deberemos
viajar 150 kilómetros al noroeste de Bucarest hasta el collado de Arges donde
se encuentran las ruinas del castillo de Poenari, la auténtica morada del
príncipe valaco, el verdadero castillo de Drácula.
2. Castillo de Poenari. XV. Brasov. Transilvania. Rumanía
El castillo o ciudadela de
Poenari es una fortaleza del siglo XV en actual estado de ruinas construida
sobre el monte Poenari, en la región rumana de Curtea de Arges. Es considerado como
el auténtico Castillo de Drácula ya que fue la residencia del monarca que
inspiró a Bram Stoker a escribir su famosa novela.
Cuando el príncipe Vlad III llegó
hasta el collado de Arges en 1459 decidió rehabilitar la antigua torre vigía del
siglo XIII y convertirla en su residencia oficial y centro militar. El lugar
elegido se situaba en la cima de un acantilado a 500 metros sobre el rio Arges y
supondría el bastión más importante del reino de Valaquia pero también el
baluarte del cristianismo en la frontera con el imperio turco.
El monarca levantó a continuación
una ciudadela que cubriría toda la cima del monte Poenari con casi 50 metros de
longitud, añadió nuevas torres de vigilancia y la rodeó con muros de tres
metros de grosor, elementos que la hacían prácticamente inexpugnable a
cualquier ataque. El enclave ofrecía además una enorme seguridad y el control
de un paso fronterizo estratégico entre las montañas. Al sur, las tierras de
Vlad, Valaquia y de igual importancia al norte, Transilvania, en tierras sajonas
donde disponía de dos castillos más.
Con una planta necesariamente
poligonal, la ciudadela contaba con una torre de la pólvora y tres torres
centinelas, todas techadas, más una terraza almenada que serviría de
baluarte. Sus muros fueron fabricados con
ladrillo rojo sobre una base de piedra gris, lo que le da ese aspecto exterior
de dos tonos.
Las crónicas que narran la vida
de Vlad III señalan como en este castillo se vivieron los acontecimientos más
trágicos y sangrientos del monarca como el suicidio de su esposa desde lo alto
de la torre de la pólvora, la vez que ordenó clavar los turbantes de dos
emisarios turcos y por encima de todos la ejecución de 20.000 hombres ensartados
en estacas de roble, una acción por la que sería renombrado como Vlad Tepes, el
empalador.
Su práctica de empalar a todo
enemigo viviente cobró durante los años que habitó este castillo su grado más
alto de sadismo y crueldad generando todo un bosque de empalados alrededor de
la fortaleza, una visión abominable que haría retroceder a cualquier ejército
fuera turco o boyardo. Además, debemos
añadir que su construcción fue llevada a cabo por los nobles esclavizados de la
ciudad de Tirgoviste que sobrevivieron a una de sus matanzas más recordadas.
Tras la muerte de Tepes, la ciudadela
fue habitada durante un tiempo pero finalmente acabó abandonada durante siglos
hasta que a finales del siglo XX fue rehabilitada y abierta al público. Como
contrapunto a su pasado trágico, desde esta cima pueden verse los frondosos
bosques que lo rodean y contemplar uno de los paisajes más bellos de Europa.
Eso sí, para ello deberemos subir los 1480 escalones que cuenta la escalera de
acceso al recinto.
La ruta de los castillos de Drácula continúa a través de los Cárpatos hasta llegar a la región de Hunedoara, al oeste de Rumanía, donde nos espera una de las fortalezas medievales mejor conservadas de Europa Central.
3. Castillo de Corvin. XV. Brasov. Transilvania. Rumanía
El Castillo de Hunyad, también llamado
Castillo de Corvin, es una fortaleza de origen medieval situada en la ciudad transilvana
de Hunedoara, Rumanía. Su construcción data de época gótica pero sus añadidos
renacentistas, barrocos y la restauración a la que fue sometida en el siglo XX
son las que le otorgan su imagen actual. Todo un conjunto de elementos arquitectónicos
y artísticos que lo han convertido en uno de los castillos más importantes de
Rumanía y también uno de los más bellos de Europa.
Fue construido en 1446 bajo las
órdenes del Conde Juan Hunyadi, voivoda de Transilvania, sobre un antiguo
emplazamiento militar a orillas del río Zlasti. El castillo es un edificio que
destaca por sus grandes proporciones, sus fuertes torres, muros abalconados y, por encima de todo, por el prominente puente de
madera y grandes pilares de piedra que dan acceso a la fortaleza.
Su interior alberga más de 40 cámaras
entre estancias, salones, galerías, dormitorios, fortines y mazmorras que se
reparten en dos niveles. La decoración es en su mayoría de finales del siglo
XIX cuando fue llevada a cabo su última restauración.
Este castillo es conocido
históricamente por albergar en sus mazmorras al sanguinario gobernante de
Valaquia, Vlad Tepes, condenado en 1462 por sus crímenes contra la nobleza
sajona de Transilvania. Este personaje pasó aquí siete largos años hasta ser
liberado por la Iglesia de Roma para continuar su cruzada contra los turcos.
Anualmente, la localidad de
Hunedoara ofrece visitas guiadas, recreaciones históricas y otras actividades
culturales asociadas al castillo, eventos que atraen cada año a miles de
turistas y enamorados de la historia medieval. Otro dato interesante nos revela
que en las inmediaciones de este castillo se encuentran las canteras de donde
salieron el acero con el que se construyó la torre Eiffel o según la leyenda
del Rey Arturo, el acero para la espada Excalibur.
La versión que Tod Browing dirigió en 1931 es considerada actualmente un clásico imperecedero del cine de terror pero no fue la única ni la primera adaptación cinematográfica. En 1922, nueve años antes el director Friedrich W. Murnau ya había llevado al celuloide la novela del vampiro bajo el título de Nosferatu, una obra maestra de los orígenes de cine, siniestra y cautivadora.
4. Castillo de Orava. XIII. Ovarský Podzámok. Eslovaquia
El castillo de Orava es una fortificación
medieval situada en la localidad de Ovarký Podzámoc, al norte de Eslovaquia. Se
trata de uno de los castillos más bellos del país y fue llamado la “perla
eslovaca” desde el mismo momento en que terminó su construcción. Levantado sobre la cima de un
acantilado sobre el río Ovara, del que recibe su nombre, la fortaleza se
presenta imponente ante los visitantes y su entorno rodeado por el frondoso
bosque centroeuropeo de hayas y robles la convierten en un verdadero castillo
de cuento, sobre todo si es de terror.
Su construcción data del siglo
XIII en un estilo de transición del románico al gótico, con recursos
arquitectónicos concebidos con una clara intención defensiva como muros
robustos y altas torres vigías, pero
cuenta también con añadidos renacentistas, barrocos y neo-románticos del siglo
XIX que le otorgan un aspecto más palaciego del que tendría en un principio. Su
planta original fue ampliándose a través de estas reformas hasta ocupar toda la
ladera oeste de la montaña conformando una fortaleza en varios niveles.
El castillo fue abandonado a
finales del siglo XVII y permaneció deshabitado durante mucho tiempo
convirtiéndose en un escenario fértil para las historias de fantasmas y leyendas
locales y con el paso del tiempo, la imaginación de la literatura romántica,
hizo el resto.
El castillo de Orava recobró su
popularidad gracias a la película Nosferatu, rodada en 1922 por F.W. Murnau. Su
director, uno de los cineastas más importantes del siglo XX, encontró en este
lugar la atmósfera caótica, siniestra y decadente que necesitaba para ubicar a
su protagonista, el Conde Orlok, una versión del conde Drácula mucho más
primitiva y animal que la interpretada por Bela Lugosi nueve años después. El
resultado es una obra maestra del cine expresionista, una sinfonía del horror imprescindible
para el medio audiovisual y sin lugar a dudas una de las películas más importantes
y terroríficas de la historia.
Hasta el momento hemos visto
castillos y fortalezas levantadas sobre agrestes cordilleras balcánicas pero
nuestro próximo destino nos aleja por completo de estos paisajes y nos traslada
hasta la ciudad portuaria de Lübeck, al norte de Alemania. Hoy día podría
parecer un lugar anacrónico o poco atrayente para un vampiro pero no debió
pensar lo mismo F.W. Murnau cuando a principios del siglo XX encontró en los
antiguos almacenes de sal abandonados el escenario expresionista que buscaba
para el desenlace de su película Nosferatu. El resultado le dio la razón.
5. Salzspeicher. XVI-XVIII. Lübeck. Alemania
Salzspeicher es el nombre que
reciben en alemán los seis almacenes de sal distribuidos a lo largo del río
Trave, en la ciudad portuaria de Lübeck, Alemania. Son uno de los edificios más
visitados de la ciudad desde que aparecieran en la película de 1922 Nosferatu
de F.W. Murnau.
Los almacenes fueron construidos
durante los siglos XVI y XVIII en gótico báltico o gótico de ladrillo, estilo
arquitectónico muy común en la zona. Su función era la de almacenar la sal
traída por la antigua ruta de comercio, la Alte Salzstrasse, así como por el
Stecknitzkanal, uno de los canales más antiguos de Europa. La sal era empleada
en toda la industria pesquera de la Liga Hanseática del mar Báltico y generó el
florecimiento económico de esta región durante la Edad Media.
Pero la fama de estos almacenes
en la actualidad nada tiene que ver con la sal sino por ser la residencia del
vampiro Nosferatu en la película de terror homónima de 1922. Con sus formas
verticales, anguladas e irregulares estos edificios fueron el escenario perfecto
donde concluir la opera expresionista de F.W. Murnau. Aquí el vampiro es
alcanzado por los rayos del sol hasta ver la muerte y supone una de las
secuencias más recordadas y reproducidas del cine.
En su última parada, nuestro viaje aterriza en uno de los enclaves más románticos y fantasmagóricos de toda Europa. Se trata de las ruinas de la Abadía de Whitby, en la costa este de Inglaterra, conocida por aparecer en la novela de Bram Stoker y convertirse desde ese momento en punto de encuentro para los amantes de la estética gótica y la literatura romántica.
6. Abadía de Whitby. 657. Yorkshire del Norte. Inglaterra
La abadía de Santa María de Whitby
es una antigua iglesia benedictina en ruinas situada a orillas del Mar del
Norte en la localidad de Whitby, Yorkshire del Norte, en la costa noreste de Inglaterra.
Este lugar fue habitado por
celtas, romanos, cristianos y largas generaciones de religiosos pero fue la
construcción de su abadía por la que es conocida la localidad de Whitby. Sus
ruinas datan de una construcción inicial del siglo VII y contemplan 2.000 años
de historia inglesa desde su asalto por las hordas vikingas del hijo de Ragnar
Lodbrok, su abandono durante la disolución de los monasterios ordenada por
Enrique VIII hasta la I Guerra Mundial cuando los cañones alemanes terminaron
por reducirla a su esqueleto actual.
Seguramente la apariencia
tenebrosa que proyectaba la silueta de la vieja abadía sobre los acantilados,
difuminada entre las nieblas invernizas y sitiada por las lápidas del
cementerio, permitió dar rienda suelta a la imaginación de Bram Stoker para
escribir Drácula durante su estancia en el Royal Hotel de Whitby. Y es que
varios pasajes de la novela trascurren en alguno de los rincones de esta
pequeña localidad.
Las tormentas que hicieron
naufragar decenas de barcos frente a estas costas sirvieron al novelista para
narrar el naufragio de la goleta rusa Demeter, que trajo a Drácula hasta el
puerto de Whitby donde se perdió en la noche convertido en un perro negro. Las
lápidas inclinadas hacia el mar, el atrio de la iglesia asomado al camino del
muelle, los derrumbes del acantilado, las empinadas cuestas... el paisaje
descrito por Stoker permanece intacto desde hace más de 100 años.
Un siglo después, la localidad de
Whitby se ha convertido en una parada obligatoria para todos los seguidores del
vampiro y es el escenario de uno de los festivales góticos más importantes de
Europa. El Whitby Gothic Weekend es un evento que reúne dos veces al año, en
abril y noviembre, a la mayor concentración de seguidores de esta corriente
estética y cultural en Gran Bretaña.
Actualmente, esta ruta ha ido creciendo con la aparición de otros personajes, nuevas adaptaciones y versiones libres que han localizado a Drácula y otros vampiros en prácticamente todas las capitales del mundo. Así, las catacumbas de París, el cementerio francés de Nueva Orleans o los bares temáticos de Sanghai y Tokyo se suman a esta larga lista de destinos truculentos. Nuestro recorrido se ha trasladado a los más importantes y que en mayor medida representan al personaje tanto histórico como de ficción. Y desde la puesta de sol en los acantilados de Whitby, desde esta estampa romántica nos despedimos y ponemos punto y final a nuestro viaje por la vieja Europa tras los pasos de Drácula.
¡Buenas noches!
BIBLIOGRAFÍA Y DOCUMENTACIÓN:
- Nosferatu. Un film erótico-ocultista-espiritista-matafísico. Luciano Berriatua. 2008
- Historia National Geographic Nº 144 2015
- Vive la Historia Nº 31 2016
- Eldiario.es
- El verdadero Drácula
- La verdad sobre el Conde Drácula. 2010
- Drácula, la verdadera historia de los vampiros. 2016
- En busca de Drácula
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