CARTELES PSICODÉLICOS
UN VIAJE AL GRAFISMO DE LOS AÑOS 60
Colores calidoscópicos, formas que se funden entre sí, textos ilegibles
e imágenes delirantes... hablamos, por supuesto, de los carteles psicodélicos
de los años 60.
Los acontecimientos políticos de
la guerra de Vietnam y los movimientos de protesta a favor de los derechos
civiles generaron durante la década de los sesenta un nuevo clima que tenía
como meta el replanteamiento y búsqueda de nuevos estilos de vida.
Este fenómeno de revolución
socio-cultural y rupturista con los antiguos planteamientos marcó todo tipo de
expresiones, desde la música hasta el diseño. Durante algo más de una década convivieron
música, poesía y arte, interactuando conjuntamente, pero si algo caracterizó la
estética de los años sesenta fue la innovación, extravagancia y originalidad de
los carteles psicodélicos.
Sus artistas eran básicamente
autodidactas, creando sus carteles para eventos y conciertos de música rock y
danza, donde los asistentes gustaban de nuevos sonidos eléctricos, de alto
volumen y la iluminación multicolor estridente. Estas experiencias fueron expresadas
gráficamente en sus composiciones donde se dejaban ver formas turbulentas,
imágenes descontextualizadas y tipografías deformadas, una amalgama de recursos
audiovisuales y plásticos que recogían una nueva iconografía.
Jimi Hendrix, Jefferson Airplane,
The Doors, Grateful Dead o Janis Joplin
fueron algunos de los grupos y solistas que supieron traducir estos
mensajes y fueron precisamente sus actuaciones las que dieron lugar a la mejor
colección de carteles. Desde un principio, los promotores de eventos y salas
musicales vieron en este nuevo lenguaje estético un renovado reclamo
publicitario y contrataron a los mejores cartelistas para anunciar las
actuaciones en el Fillmore Auditorium o el Avalon Ballroom, legendarias salas
de Los Angeles por las que pasaron los grupos más importantes del momento y
donde se celebraron algunos de los mejores conciertos de los años sesenta.
De entre todos los artistas pioneros
que supieron representar las inquietudes de este movimiento, creando así un
nuevo lenguaje, debemos destacar el grupo conocido como The Five, los cinco
grandes del cartelismo psicodélico.
WES WILSON
Wes Wilson es considerado el
padre del cartelismo del rock & roll ya que fue el primer artista en
destacar en esta disciplina gráfica. Wilson reparó en la fusión entre el Art Nouveau y el Simbolismo, en especial en la
letra de los carteles del Alfred Roller y otros artistas de la Secesión de Viena para desarrollar una
nueva grafía original.
Esta forma de letra será el
principal distintivo de sus carteles. Creó figuras abstractas con ellas,
redondeadas, orgánicas en cierta medida. Estas formas derivan de su fijación
por las figuras básicas, las manchas de colores y las proyecciones de luz
líquida. Apoyándose en el precepto de la Edad de Oro de que con la edad
alcanzamos la sabiduría para comprender que el principio no tiene final, dibuja
figuras con movimientos ascendentes en espiral llevando en su recorrido la
mirada otra vez hacia el interior.
La figura de la mujer será una
imagen predominante en su posterior obra. Es un tema recurrente dentro del
arte, pero en la cultura hippie la sensualidad es un aspecto clave, como
también la libertad sexual. Wilson no la utiliza como objeto sino que hace un
uso más profundo y espiritual, la hace poseedora de una sabiduría interior y a
muestra en un contexto religioso-filosófico.
A diferencia de otros, Wilson
lleva su propio ser al cartel, es un medio donde plasma su pensamiento, expresa
la desarmonía entre su vida interior y la exterior. Por su síntesis en la forma
y el color marcó un patrón, un modelo a seguir.
ALTON KELLEY & STANLEY MOUSE
Alton Kelley y Stanley ‘Mouse’
Miller son conscientes de la fuerza de las imágenes y su propuesta es la de un
cartel más libre y atrevido con el fin de llamar la atención. Miller era un dibujante
del comic hot-rod con un gran dominio del aerógrafo y Kelley, por su parte, empleaba
la técnica del collage. La sintonía entre ellos era excelente y decidieron
trabajar juntos creando los Mouse Studios. Los carteles los proyectaban juntos,
Alton se encargaba de buscar las fotos, del collage y del diseño global,
mientras que Stanley se ocupaba de los rótulos y gráficos.
Son satíricos, irónicos e
irreverentes. Sus primeros trabajos recrean el estilo directo de la publicidad,
utilizan logotipos de marcas comerciales o fotografías famosas para crear un
flash al espectador, un divertido golpe mental que le estimule para ir al
concierto. Es la época del boom de la información visual, sobre todo de la
televisión, y ambos consideran que todas las imágenes tienen un mensaje común y
que se pueden obtener resultados brillantes si se saben mezclar.
Una de sus creaciones más famosas
es el cartel que realizaron en 1967 para la banda Grateful Dead. Se trata del
conocido ‘Skull and roses’, la reproducción de un esqueleto rodeado de rosas que
había realizado E.J. Sullivan en 1913 para ilustrar el libro The Rubaiyat del
poeta persa Omar Khayyám. Este cartel marcará un hito tanto en la banda
californiana, que lo utilizará para la portada de su álbum homónimo de 1971 como en la iconografía general del rock and
roll.
VÍCTOR MOSCOSO
Español de nacimiento pero criado
en Nueva York, Victor Moscoso es el único con formación universitaria de los
grandes cartelistas de los 60’s. Estudió teoría del color en la Universidad de
Yale y acabó doctorándose en San Francisco. Moscoso recurrió a la falta de
armonía, a colores vibrantes y a densas letras psicodélicas deliberadamente
ilegibles para mantener la atención.
Sus primeros carteles fueron
experimentales, incluso tomó elementos de los estilos de Wilson y Mouse y los
adaptó, pero pronto encontró el suyo y lo direccionó hacia un nuevo concepto
con el uso de efectos ópticos de formas y colores.
Desarrolló un tipo de letra que
daba mucha flexibilidad al cartel y que al utilizarlas masivamente, muy juntas
y acompañadas de colores calientes muy saturados, creaban ilusión de movimiento
o como si desapareciesen en el fondo. Explotó el potencial del surrealismo y
aportó una novedosa fuerza visual. Lo transformó desde una forma de arte
independiente y estático en un elemento visualmente activo, una extensión del
baile y los light shows.
Su obra es una brillante
expresión de intensidad que por su relevancia, imaginación y dibujo, es una de
las más destacadas en el arte del cartel rock y resume la energía que
caracterizó la escena musical de San Francisco.
RICK GRIFFIN
Rick Griffin es un excelente dibujante
y diseñador imaginativo con una innata habilidad para el lápiz. Su pasión por
la cultura de los nativos norteamericanos, patente en sus primeros trabajos,
evolucionó hacia un estilo muy personal añadiendo ingenio psicodélico,
referencias metafísicas y símbolos hippies.
En su evolución hace uso de
imágenes metafóricas, ensambla fuertes imágenes con raros diseños y comienzan a
aparecer símbolos abstractos, aunque muy expresivos. Son dibujos con un
poderoso foco central que aumenta su impacto visual hacia los bordes,
recurriendo a formas tridimensionales queriendo transmitir que el conocimiento
y la bondad nacen desde dentro.
Poco después aparece su famoso
globo ocular alado con cola de serpiente de cascabel que emerge de un agujero
en llamas de una calavera. Este diseño supone un cambio drástico en el arte de
Griffin. Los siguientes carteles expresan fuertemente lo concerniente a la
realidad de la vida como la existencia, la muerte y la eternidad.
Gracias a sus trabajos, Rick
Griffin y Víctor Moscoso conocieron a Robert Crumb, dibujante de culto y editor
de Zap Comix, la cuna del comic underground estadounidense. Ambos ingresaron en
la plantilla y se estrenaron en el número 2 en junio de 1968 continuando su
carrera artística con sendos éxitos.
Los Cinco fueron dejando
paulatinamente la producción de carteles para centrarse en otras disciplinas,
pero la demanda de este nuevo arte gráfico seguiría vigente algunos años más. Nombres
como David Singer, Bonnie McLean, Lee
Conklin, John Van Hamersveld, Randy Tuten o Michael Bowen tomarían el relevo y se
unirían a la larga lista de los grandes artistas del cartelismo psicodélico.
En 1971 el Louvre celebró una
novedosa exposición sobre los carteles de rock. Con el fin de obtener fondos
para comprar originales, el museo se tuvo que desprender de tres valiosas obras
del pintor Toulouse-Lautrec llevadas a subasta, una arriesgada apuesta, teniendo
en cuenta el año en que se celebraba. Sin embargo, el tiempo le daría la razón
al prever que los carteles de los años sesenta incrementarían su valor
artístico, cultural y monetario. Recientemente, un cartel de 1966 del concierto
de los Beatles en el Shea Stadium se subastó por más de 125.000 euros.
El cartel psicodélico fue la
respuesta visual a un naciente espíritu de libertad y revolución social que removió
los cimientos de la cultura contemporánea. Fue entonces cuando los cinco grandes
ilustradores sentaron las bases del diseño del cartel rock, aportando expresión
visual al lenguaje de la música, el concepto gráfico de un tiempo y un sonido.
¡Paz y buen viaje a tod@s!
‘’En los carteles de los sesenta fue donde las Bellas Artes y la
publicidad se encontraron. Fue una gran época, y rompimos todas las reglas.’’
(Stanley
Mouse)
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