lunes, 15 de mayo de 2017

Historia de la Animación | Nuevos estudios de animación (1930's - 1960's)


HISTORIA DE LA ANIMACIÓN  |  CAPÍTULO   5




NUEVOS ESTUDIOS DE ANIMACIÓN

(1930's - 1960's)







El éxito de los cortometrajes de Disney o Warner Bros. durante los años 30 provocaron un interés global por la animación que se contagió rápidamente al resto de compañías cinematográficas, especialmente en Hollywood. A partir de entonces, el mundo vería nacer a estrellas tan carismáticas e irrepetibles como El pájaro loco, Super Ratón, Tom y Jerry o La Pantera Rosa.


A mediados de la década de los años 30 todos los grandes estudios cinematográficos tenían su filial de producciones animadas donde competían por reclutar a los mejores dibujantes y animadores del momento. Universal y Metro-Goldwing-Meyer fueron las compañías que, siguiendo de cerca a Disney y Warner, más éxito tuvieron con sus cortometrajes, pero no fueron las únicas.

Para 1940, tan solo en el estado de California más de cincuenta nuevos estudios de animación fueron abiertos fruto del gran número de artistas que habían salido de las grandes compañías Hollywood y que ahora trabajaban como estudios independientes, proveedores o sucursales de éstas.

En las siguientes décadas grandes animadores como Fritz Freleng o Chuck Jones abrirían sus propios  estudios pero también se darían a conocer nuevos y talentosos directores  como Paul Terry Walter Lantz o los internacionalmente conocidos Hanna & Barbera.


                                        


UNIVERSAL / WALTER LANTZ PRODUCTIONS




Los comienzos de la animación en Universal nacen de la mano del caricaturista y director Walter Lantz. Gracias a este reconocido director, el estudio dio vida a uno de los héroes animados más recordados de la historia del cine como Loquillo, el pájaro loco.

Walter Lantz, fue contratado en 1928 por Universal para continuar y supervisar la serie ‘Oswald, el conejo afortunado’, personaje creado por Walt Disney antes de Mickey Mouse y que la compañía había arrebatado los derechos. Pero el genio de este artista no sería desaprovechado reproduciendo personajes ajenos y en 1935 se establece como productor independiente, suministrando animaciones a Universal en vez de solo supervisar el departamento de animación.

Andy Panda fue el primer personaje de Lantz en obtener éxito, un osito antropomorfo creado en 1939 junto al dibujante Alex Lovy. Pero su personaje más recordado sería producido a continuación.


                                        


El pájaro loco

Un año después, Lantz se encontraba en plena luna de miel cuando un pájaro carpintero cabecirrojo (Melanerpes erythrocephalus) comenzó a golpear el techo de su habitación. Tras varios intentos por hacer callar al ruidoso animal y ante la cómica situación, su mujer le sugirió utilizar al pájaro como inspiración para un nuevo personaje. Y así fue, el 25 de noviembre de 1940, Loquillo hacía su primera aparición en el cortometraje de Andy Panda ‘Knock knock’ (1940).

El Pájaro loco, Loquillo, Woody Woodpecker, Pichiarello, Pica-Pou… su nombre se ha traducido a multitud de idiomas y su imagen se ha ido modificando con el paso de los años, pero lo que ha sido inalterable es su inconfundible risa, posiblemente la más famosa de los dibujos animados y su manera de actuar ante la cámara siempre rápida, imprevisible y extremadamente divertida.

La personalidad de Loquillo era decididamente alocada y desinhibida, sello que le dio una fama durante los años 40 comparable a la de Bugs Bunny o Mickey Mouse; pero al igual que ellos, sus locuras se fueron moderando a partir de la década de 1950 cuando empezaron a aparecer en televisión y sus directores debían cumplir las normas de protección a los menores. Por ello, las manifestaciones o insinuaciones de violencia, tabaco, alcohol o sexo desaparecieron casi por completo.




Walter Lantz mantuvo la popularidad de Loquillo a través del ‘El show del pájaro loco’ (1941), una serie estructurada en bloques donde éste era la estrella principal y a la que se fueron sumando nuevos personajes como el pingüino Chilly Willy, resultado del breve paso de Tex Avery por el estudio, o Pablo Morsa. Desde entonces ha protagonizado 197 cortometrajes y 350 apariciones en películas de animación, una carrera que le ha valido ser considerado  ‘el más políticamente incorrecto y audaz de su tiempo’, y por esa misma razón, una estrella en el paseo de la fama de Hollywood.

En 1978, La Academia otorgó a Walter Lantz un Oscar Honorífico por su contribución al cine animado y por el Pájaro Loco, el cual no quiso faltar a la cita.


                                        


TERRYTOONS




Si el Pájaro Loco fue una de las estrellas indiscutibles de los 40 fue sin duda por méritos propios y no sería por la falta de competencia que en aquellos años existía en la industria del cine animado.  Fue la década en la que Disney estrenaría sus películas más importantes y Warner Bros. creaba el icono de Looney Tunes Bugs Bunny. Con la llegada de la televisión, la rivalidad por la audiencia infantil se convirtió en una auténtica batalla de ingenio y creatividad entre estudios de costa a costa en Estados Unidos.

Otro de los héroes más importantes de los años 40 fue Super Ratón, la estrella de los estudios Terrytoons.

Terrytoons fue un estudio de animación fundado por Paul Terry en New Rochelle, Nueva York, activo entre 1928 y 1968 y único proveedor de la compañía 20th Century Fox. Sus personajes más populares fueron las urracas parlanchinas Tuco y Tico o el pato Dinky pero por encima de todos, Super Ratón.


                                        


Super Ratón

Super Ratón (Mighty Mouse) fue un dibujo animado creado por Terrytoons como una parodia infantil de Superman, el superhéroe más famoso inventado pocos años antes. Apareció por primera vez en 1940 en el cortometraje ‘El ratón del mañana’ (The Mouse of Tomorrow, 1940) y su popularidad lo convirtió en un icono cultural cuando Paul Terry vendió los archivos de Terrytoons a la televisión. Sus dibujos se convirtieron desde entonces en un ingrediente básico de la programación infantil desde los años cincuenta a los ochenta en televisión.

Los cuarenta fueron una década marcada también por el ambiente bélico de la Segunda Guerra Mundial y el recurso propagandístico que Estados Unidos hizo del cine. De manera que, como el resto de dibujos de la época, la serie transmitía los valores educativos de la América más patriota a través de sus protagonistas. En este caso, se trataba de un ratón que combatía las injusticias del mundo gracias a los super poderes que le conferían una alimentación ultra rigurosa. (Nada menos). Su frase ‘¡No olviden vitaminarse y supermineralizarse!’ provoca todavía sonrisas en más de una generación.


                                        


Pese al éxito de Super Ratón y la cantidad de cortometrajes producidos, durante gran parte de su historia Terrytoons fue considerado como uno de los estudios de peor calidad del mercado, con los presupuestos más bajos y uno de los últimos en adaptarse  a las nuevas tecnologías. Con todo ello, Terrytoons fue nominado tres veces para el Oscar al mejor cortometraje animado.




¡No se vayan todavía aún hay más!


METRO-GOLDWING-MEYER




El estudio de animación de Metro-Goldwing-Meyer permaneció activo desde 1937 hasta 1957 y durante ese tiempo supo sacar lo mejor de cada artista que dirigió su departamento, procediera de otras compañías, como el caso de Tex Avery, o propios como William Hanna y Joseph Barbera. La compañía presidida entonces por Fred Quimby, produjo alguno de los dibujos animados más populares del momento, incluyendo el sabueso Droopy (1943) o el oso Barney (1941), pero sobretodo los inolvidables Tom & Jerry (1939).

Antes de formar su propio estudio de dibujos animados, MGM distribuyó el trabajo del productor de animación independiente Ub Iwerks desde 1930 a 1934 y más tarde la serie Happy Harmonies de Hugh Harman y Rudolf Ising desde 1934 a 1938, cuyas producciones formaron parte del estudio.

Tras un comienzo débil, el estudio consiguió despegar en 1940 gracias al corto de Hugh Harman ‘The Milky Way’ (1940), el cual se convirtió en la primera caricatura no-Disney en  ganar el Óscar al mejor cortometraje animado.


                                        


Metro-Goldwing-Meyer fue considerado desde entonces como uno de los grandes estudios de animación, nutrido con una lista de talentos obtenida gracias al éxodo de animadores que se produjo en Warner y Disney tras la organización sindical y la huelga de trabajadores de 1941. Uno de estos animadores fue Tex Avery que tras desavenencias con Warner recaló en el nuevo estudio en 1942 siendo uno de los directores estrella del momento y donde obtuvo sus picos más creativos.

Su primer corto para la Metro fue ‘The Blitz Wolf’ (1940), una bélica parodia de los tres cerditos que fue nominada a los Premios de la Academia en 1942.

Avery trabajó para MGM más de diez años y desde un principio su estilo de acción desenfrenada marcó los nuevos personajes que crearía a continuación como el sabueso Droopy, un perro calmado de movimientos impredecibles, Lobo McLobo que protagonizó alguno de sus cortos más arriesgados y su última aportación a los estudios y casi al género animado, la ardilla Screwball.


                                        


En 1955 Fred Quimby daría el relevo a la pareja de animadores más reconocidos de las siguientes décadas, William Hanna & Joseph Barbera, quienes  había creado algunos años antes al ratón y el gato más famosos de la televisión, Tom y Jerry.

Tom & Jerry

Tom y Jerry son unos de los dibujos animados que mejor han resistido al paso del tiempo. La serie animada fue la más longeva de la Metro-Goldwing-Meyer con 128 episodios y también la más premiada, acumulando 14 nominaciones a los Oscar, 8 de ellas ganadoras.

Sus creadores fueron los célebres William Hanna y Joseph Barbera, director y creador de personajes, respectivamente, que entonces formaban parte del equipo de trabajo de Hugh Harman.

Hacia mediados de 1939, Fred Quimby, dio la posibilidad de dirigir su propio cortometraje a la pareja de animadores. Tras barajar distintas ideas se decidieron finalmente por un dúo clásico gato-ratón y a pesar de que a Quimby no le entusiasmaba la propuesta, Tom y Jerry vieron la luz por primera vez en el corto “Puss Gets The Boot” en 1940.


                                        


El cortometraje fue muy bien recibida por el público y la crítica y tras una inesperada nominación a los Oscar, Quimby recobró el interés y los nombró nuevos jefes del departamento de animación cuando Tex Avery dejó los estudios. En este primer cortometraje el gato se llamaba Jasper y el ratón no tenía nombre; los apelativos de Tom y Jerry se eligieron más tarde por concurso entre el personal del estudio.

Tanto el diseño de los personajes como el estilo de la serie varió mucho durante sus 27 años de duración y más aún a lo largo de su historia global con más de 75 años de en la pantalla.

En 1957 MGM cerró repentinamente los estudios de animación provocando el despido de toda la plantilla de artistas, de manera que cuando retomaron la actividad tres años después tuvieron que recurrir a estudios independientes.


                                        


Rembrandt Films, propiedad del ilustrador Gene Deitch, produjo desde su estudio en Praga en la República Checa, 13 cortos de Tom & Jerry durante 1961 y 1962. El resultado no gustó ni a la crítica ni a la compañía que los consideraron raros y de escasa calidad, posiblemente consecuencia de los bajos presupuestos y un equipo de trabajo que apenas conocía la serie.

Tras la pobre experiencia europea, MGM decide probar con un equipo estadounidense y contrata a Sib-Tower 12, la empresa que el famoso animador de Warner Bros., Chuck Jones había creado recientemente. Con un presupuesto relativamente alto, Jones realizará 32 cortometrajes más de Tom y Jerry, imprimiendo a la serie el ritmo y carácter de sus cortometrajes y rediseñando la imagen de los personajes.

Pese al renovado impulso que Jones inyectó a la serie y después de cinco años y 37 cortometrajes producidos, finalmente MGM canceló su contrato con Sib-Tower 12. El futuro de Tom y Jerry sería reescrito nuevamente por Hanna y Barbera en las siguientes décadas, pero esta vez bajo su propia compañía de animación.




U.P.A.

Durante ésta época, el último de los grandes estudios en Estados Unidos fue UPA, la United Productions of America. La compañía formada en 1941 por animadores procedentes de Disney buscó seguir intereses más artísticos y personales cuyos resultados sirvieron de inspiración para muchos estudios desde entonces hasta la actualidad.

Durante ésta época, el último de los grandes estudios en Estados Unidos fue UPA, la United Productions of America. La compañía formada en 1941 por animadores procedentes de Disney buscó seguir intereses más artísticos y personales cuyos resultados sirvieron de inspiración para muchos estudios desde entonces hasta la actualidad.

UPA consiguió establecerse gracias a los ingresos que le proporcionaron sus primeros trabajos  para el gobierno norteamericano y el contrato con Columbia Pictures para distribuir sus cortometrajes. Pero al acabar la guerra, tanto los estudios de animación como el cine de Hollywood en general sufrió la llamada ‘caza de brujas’ del gobierno, una persecución política contra el comunismo que provocó el despido de cientos de trabajadores.


                                        


Uno de estos trabajadores fue el director de UPA John Hubley, considerado por sus empleados como el cerebro del estudio. De manera que tras su marcha,  los cortometrajes de la empresa comenzaron a carecer de la chispa y la energía que éste había introducido provocando su posterior declive y cierre definitivo en 1959.

El estilo de UPA fue considerado entonces como ‘modernista’, libre de todo referente que le anclara al pasado  y se caracterizó por el rechazo al realismo predominante de Disney y la búsqueda de alternativas más creativas y artísticas utilizando la animación limitada. Estos dibujos evitaban los animales parlantes y la repetición de persecuciones infinitas, centrando sus tramas en situaciones cotidianas sobre personajes humanos, como Mr. Magoo, su personaje más recordado.

Los estudios UPA pudieron no ser suficientemente valorados en Estados Unidos y no obtuvieron el reconocimiento de una crítica que ponían sus elogios en productos más comerciales. Sin embargo, en Europa tuvieron una mejor acogida y su visión vanguardista comulgaba desde un principio con la animación marcadamente europea que se llevaba produciendo en la Unión Soviética desde la Segunda Guerra Mundial y que sirvió también de inspiración para muchos artistas del viejo continente.





DEPATIE / FRELENG ENTERPRISES
En 1963, el oscarizado director de Hollywood Blake Edwards encargó al maestro Fritz Freleng que creara un personaje para los títulos iniciales de su próxima película; el diseño tan sólo requería de tres cosas: que fuese divertido, mudo… y de color rosa. El resultado fue uno de los dibujos animados más divertidos de la historia del cine, nacido de la asociación entre los estudios DePatie y Freleng Enterprises. Un éxito intergeneracional con una banda sonora inconfundible obra de Henry Mancini.

La pantera rosa

La Pantera Rosa es un personaje creado por el director Fritz Freleng y el dibujante Hawley Pratt cuya idea fue concebida sin más ambición que la de ser la introducción a un largometraje. Sin embargo, su protagonista llamó tanto la atención entre la audiencia que antes de un mes ya era portada de la revista Times y su éxito y popularidad desembocó en la serie de animación con más de 100 episodios emitidos que hoy todos conocemos.

Puede ser definido como un felino antropomorfo con actitudes de un  gentleman británico elegante y sofisticado, con la particularidad de ser de color rosa y aparentemente mudo. Es un personaje bastante metódico, con una capacidad intelectual elevada y un toque cómico muy singular que evoca por momentos al gran maestro del cine  Charles Chaplin.

La serie se mantuvo en antena hasta 1980 con 15 temporadas y 124 episodios emitidos. A partir de ahí, como toda estrella animada, tuvo sus series secuela y constantes reposiciones a lo largo de los años que han mantenido el personaje de la pantera rosa en el recuerdo de más de cuarenta generaciones.


                                        





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