martes, 16 de julio de 2019

Ocas de Meidum | 2700 a.C. | Museo Egipcio de El Cairo | Egipto



OBRA ANALIZADA

OCAS DE MEIDUM

2700 a.C. | Museo Egipcio de El Cairo | Egipto


(PLAY para ver video)


Las Ocas de Meidum son uno de los ejemplos más bellos de la antigua pintura egipcia. Su delicadeza y  naturalismo decoró las paredes de la tumba de Nefermaat, datada en unos 4.500 años, hasta que fueran descubiertas por Auguste Mariette y trasladadas al Museo del Cairo donde hoy continúan asombrando al público con su modernidad atemporal.





Meidum es una pequeña población al sur de El Cairo conocida por su famosa pirámide pero su nombre también ha llegado hasta nosotros por otro importante y muy diferente hallazgo: las llamadas «Ocas de Meidum», que representan una de las pinturas  parietales más antiguas que se conservan de Egipto.

Se trata de una pintura al temple sobre estuco que se despliega a lo largo de 1,73 metros y se remonta aproximadamente al 2700 a.C. En su origen decoraba la tumba de los nobles Itet y su esposa Nefermaat en la necrópolis de Meidum y formaba parte de una composición más amplia de la que no es difícil intuir la vivacidad y la riqueza ornamental. La tumba fue descubierta por Auguste Mariette durante las excavaciones de 1871 en Meidum y las ocas se transladaron al Cairo donde hoy se pueden admirar en el Museo Egipcio.


                                        


La pintura en estuco era una técnica muy común en el antiguo Egipto, ya que facilitaba una decoración con economía de medios y de tiempo incluso en las superficies más difíciles como la piedra molida o el adobe. Los muros estaban cubiertos con una capa de yeso, puro o mezclado con paja, y después frotado para obtener una superficie de pintura lisa. Los colores se obtenían fácilmente de la naturaleza: rojo y ocre amarillo, blanco yeso, negro de humo, azurita, malaquita y fayenza, mientras que para esmaltar estatuillas, vasos y amuletos se usaba pasta de vidrio turquesa. Estos materiales podían usarse puros o mezclados para crear efectos suaves. Las pastillas de color se pulverizaban en una paleta y se diluían con agua y un aglutinante, como albúmina o goma vegetal, y después se aplicaban a modo de tempera con anchos pinceles de fibra de palma o, como se observó a finales del Reino Antiguo, mediante trazos mixtos y delicados.

Lamentablemente, la fragilidad del soporte hacía las obras vulnerables al envejecimiento y a la acción del hombre, y las Ocas de Meidum constituyen uno de los escasos ejemplos que se han conservado. Aunque en la iconografía funeraria era corriente representar la vida animal, la ejecución rara vez alcanza el nivel artístico de estos paneles. La escena está dominada por seis ocas en dos grupos de tres sobre el fondo de un jardín sugerido por matas de hierba y flores. No hay en ella gradaciones de color y no se intenta tampoco crear sombras; la línea es elegante y el dibujo está consagrado a la descripción naturalista de las especies de aves. Una abstracción, pues, pero en esta primorosa obra se aprecia el amor por los detalles, la sensibilidad colorista y un evidente acercamiento a la realidad y la naturaleza.


                                        


El riesgo de limitar la pintura para obedecer las reglas de la simetría pictórica que a veces endurecía la mano de los artistas egipcios se resuelve aquí mediante la inclusión de distintos detalles, como el plumaje y el extremo de la cola. También es evidente la intención de crear una atmósfera enrarecida en la que la armonía de los colores contrapuestos estuviera en perfecta consonancia con la ubicación de las ocas en el paisaje.

Desde las primeras dinastías las orillas del rio Nilo han estado habitadas por este bello ánade.  Las ocas no solo sirvieron de alimento para los antiguos egipcios sino que además fueron ofrecidas a los dioses como ofrendas.





OTRAS IMÁGENES:


                                        



0 comentarios :