lunes, 24 de diciembre de 2018

Grandes descubrimientos del Arte | Cueva de Altamira



GRANDES DESCUBRIMIENTOS DEL ARTE

CUEVA DE ALTAMIRA


(PLAY para ver video)


La cueva de Altamira, considerada la Capilla Sixtina del Paleolítico, es el gran legado del arte rupestre, y sin duda, el hallazgo arqueológico más importante de la península ibérica. Sus representaciones siguen siendo la muestra más antigua de arte rupestre y sus famosos bisontes se han convertido en iconos de la Historia del Arte.


Altamira tiene el privilegio de ser el primer lugar en el mundo en el que se identificó la existencia del Arte Rupestre del Paleolítico superior. Fue también un descubrimiento singular por la calidad, la magnífica conservación y la frescura de sus pigmentos. Su reconocimiento se postergó un cuarto de siglo y su descubrimiento, como todos los grandes hallazgos de la historia, no estuvo exento de polémica siendo muchos los que desde un principio dudaron de la autenticidad de las pinturas. Pero vayamos por el principio.


La entrada a las cuevas fue descubierta en 1876 por el aparcero Modesto Cubillas hombre de campo que trabajaba para un terrateniente de la zona con amplias inquietudes culturales y científicas, Don Marcelino Sanz de Sautuola. Desde su casona próxima a Santillana, Sautuola acostumbraba emprender excursiones recolectando insectos, minerales o fósiles para sus colecciones. Fue también uno de los pioneros en Cantabria de la aún joven ciencia de la Prehistoria, y el primero en excavar varias cuevas de la región.


                                        


En el verano de 1879 accedió a las cuevas acompañado de su hija María de ocho años de edad. Tenía interés en excavar la entrada de la cueva con el objetivo de encontrar algunos restos de huesos y sílex, como los objetos que había visto en la Exposición Universal de París celebrada un año antes. Pero el descubrimiento de las pinturas lo realizó, en realidad, su hija María. Mientras su padre permanecía en la boca de la gruta, la niña se adentró hacia el interior de la cueva hasta llegar a una sala lateral. Allí, sin apenas visibilidad, creyó ver unas manchas sobre el techo hasta que tras acostumbrar sus ojos a la oscuridad fueron tomando forma. ¡Papá, bueyes!, exclamó. ¡Se mueven! El prehistoriador quedó sorprendido al contemplar el grandioso conjunto de pinturas de aquellos extraños animales que cubrían la casi totalidad de la bóveda. Sautuola comprendió sagazmente la importancia del descubrimiento, que expuso en un breve opúsculo publicado en 1880, en el que adscribía acertadamente las pinturas al Paleolítico.

La ciencia “oficial” acogió con algo más que reticencias el descubrimiento y se habló abiertamente de fraude. Emile Cartailhac, una de las figuras más reconocidas del momento en el campo de la Prehistoria, llegó a considerar todo el asunto como un montaje destinado a apoyar las tesis creacionistas. Su autoridad acalló las pocas voces que se alzaron a favor de la autenticidad de Altamira, hasta que en los últimos años del siglo diversos descubrimientos de otras pinturas similares en cuevas francesas, fueron venciendo todas las reticencias. Años más tarde, Cartailhac se vio obligado a rectificar en un artículo publicado en 1902, en el que se reconocía sin ambages «partícipe... de una injusticia que es preciso reconocer y reparar públicamente», aunque el reconocimiento llegaba demasiado tarde para Sautuola, que había fallecido en 1888.


                                        


Desde su descubrimiento por Satuola en 1879 y a pesar de las opiniones en contra y los recelos despertados en aquella época, la Cueva de Altamira es considerada hoy, como la representación artística más importante del Paleolítico Superior, a pesar de la importancia de otras cuevas como la de Lascaux o Chauvet, Altamira es quizá, la mejor muestra de la pintura Magdaleniense y quizá la que mejor representa la capacidad artística del ser humano desde la aparición del Homo Sapiens. La gran calidad artística de sus representaciones, tanto por el naturalismo que expresan, como por los medios utilizados en la representación, le ha valido el título en numerosas ocasiones de "Capilla Sixtina del Paleolítico", y ha sido declarada Patrimonio Artístico de la Humanidad por la UNESCO. 

Altamira fue el nacimiento del arte, quizás el primer santuario de la historia, y en sus paredes el primer artista esbozó un necesidad y una técnica que continuaron miles de años después con la misma necesidad Velázauez, Goya, Picasso o Barceló. En sus bisontes hay algo de nosotros, algo que sentimos todos y compartimos pero que solamente algunos supieron plasmar, algo que dio comienzo a la Historia el Arte.




Este artículo pertenece a la publicación ALTAMIRA, El nacimiento del Arte.
Puedes verlo completo AQUÍ:




OTRAS IMÁGENES:


                                        

                                        

                                        


OTROS DOCUMENTOS:


                                        


OTROS VIDEOS:




0 comentarios :