ARTISTAS 2.0
THEODOR KITTELSEN
ENTRE TROLLS Y AURORAS BOREALES
Noruega ha sido cuna de grandes artistas del siglo XX como el famoso Edward
Much, el escultor Gustav Vigeland o en este caso, el ilustrador Theodor
Kittelsen. El maestro noruego fue un gran observador de su tiempo y un pintor neorromántico
de proyección internacional, pero su nombre quedaría unido a la creación de las
más inquietantes y bellas imágenes que adornaron los cuentos tradicionales de
su tierra natal.
Theodor Severin Kittelsen (1857-1914) es uno de los artistas más apreciados de su país tanto por sus paisajes oníricos y fantasmagóricos como por sus ilustraciones inspiradas en el folclore nacional noruego, un reconocimiento que comenzó a forjarse desde sus inicios en Oslo y luego en Múnich hasta su estancia en París en 1882, donde se encontró con la génesis de la estética moderna, que marcaría el devenir de su arte.
Con treinta años regresó a Escandinavia
buscando una vida más apartada y silenciosa, alejada de la sociedad, cuyos
aspectos más personales ni siquiera hoy se conocen bien. Si París había sido
imprescindible para su formación, los paisajes helados del Norte le ofrecieron
un repertorio de escenarios que supo convertir en las pinturas y dibujos más
importantes de su carrera.
Instalado primero en un faro en
las islas Lofoten, al norte del círculo polar ártico, y luego en una casa con
vistas al lago Soneren, cerca de Prestfoss, al sur de Noruega, Kittelsen
encontró en la naturaleza extrema y poética de esos parajes la principal fuente
de inspiración para unas creaciones paisajísticas cargadas de profundo
simbolismo, que delatan una personalidad tímida y solitaria, con una
imaginación desbordada, capaz de elaborar un lenguaje propio.
Se interesó desde muy pronto en
la ilustración para la prensa gráfica y prestó una sorprendente atención a las
ilustraciones infantiles, género que acabaría determinando para siempre su fama
y condicionaría toda su producción artística.
La recopilación de cuentos
populares que llevaron a cabo Christen Asbjørnsen (1812-85) y Jørgen E. Moe
(1813-82) a finales del siglo XIX se
consideró uno de los mayores baluartes de la identidad nacional tras la
independencia de Suecia en 1905 y su protagonismo
fue proyectado extraordinariamente, lo que promovió un amplio despliegue
artístico de ilustradores que dieron imagen a los relatos literarios.
La primera edición completa de
sus eventyr se imprimió en 1879, y
para ello se contó con la colaboración de un destacado y amplio número de
artistas. Era la simiente plástica de un verdadero imaginario artístico
autónomo, llevado a su cénit poco después por Theodor Kittelsen, que encontró
en la ilustración de ese conjunto de cuentos su vía de expresión más fecunda,
unitaria y constante.
En las noches perpetuas del Norte,
la iconografía de los trolls -o troles-, las princesas aventureras o los codiciados
objetos maravillosos, se apodera de relatos empapados de magia y de naturaleza.
Pero Kittelsen, un artista que dotó de una dimensión mística y terrorífica al
paisaje noruego, sabría trasmitir esa misma sensación a sus ilustraciones
infantiles, convirtiendo las ediciones de esos cuentos en una experiencia
trascendente, capaz de atrapar, de congelar en el frío invierno de su país,
incluso el miedo. Con esa producción de ilustraciones infantiles Kittelsen pudo
volver imaginariamente a su infancia con la intensidad que le permitía su
brillante madurez artística, y regresaba, definitivamente, a su lugar en el
mundo, "al este del Sol y al oeste de la Luna", en "el país de
los sueños".
En las últimas décadas, la obra de Kittelsen ha sido objeto de diversas exposiciones que legitiman la posición del artista como embajador de la mitología noruega en todo el mundo. Un ejemplo es ‘La edad de oro de los trolls, el arte de Theodor Kittelsen’ llevada a cabo en Rusia en 2009 y promovida por el Ministerio Noruego de Cultura.
Actualmente, el legado artístico
de Kittelsen puede verse en ilustradores de generaciones posteriores y en pintores
de todo el mundo que se han acercado a la literatura y las narraciones fantásticas
escandinavas. Sus obras, más de un siglo después, continúan inspirando a artistas,
escritores, músicos y cineastas que reproducen los paisajes y personajes del
maestro noruego en sus propias obras haciendo inmortal este legado.
0 comentarios :
Publicar un comentario